La idea de Luis Benjumeda Arrobas, empresario, farmaceútico, comercializador y elaborador de vinos no es crear un simple espumoso, sino crear lo que el llama el “brut del mar”, la marca con del espumoso que elabora de forma artesanal en El Puerto de Santa María.
Su historia, que tiene un toque romántico, enlaza a la perfección con la del bodeguero Ramón Jiménez Varela que, a finales del siglo XIX, sacó al mercado el Champagne Continental, un espumoso que dejaba descansar en unas cuevas que había preparado para ello en la finca El Caracol donde también envejecían jereces. La historia la sacó hace dos años en el diario el historiador Javier Maldonado Grosso, toda una enciclopedia en la historia de los vinos del marco. (ver aquí el artículo).
Dos siglos después, a principios del siglo XXI, Luis Benjumeda intenta el mismo proyecto de Ramón Jiménez. Lleva ya trabajando en él varios años, desde el año 2006 cuando vendimió, para sorpresa de los bodegueros, unas partidas de uva palomino, la que se utiliza para los jereces, antes de lo habitual. Lo que desconocían era que Luis iba a destinar el mosto a la elaboración de un espumoso, una idea que por entonces era completamente pionera en la zona. Luis trabajó mano a mano en el proyecto con otro bodeguero de los que siente pasión por los vinos, el jerezano Genaro Cala, que también lleva a cabo otro proyecto innovador y con toque romántico, el de recuperar la elaboración de vermouth en el marco de Jerez.
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